PdI
Periodismo de investigación
INVESTIGACIÓN
Barrios El Tanque y El Arca de Villa Adelina
Por Leila Ovando y Carolina OIZA
Hasta el momento las obras fueron anunciadas por la municipalidad de San Isidro, pero los vecinos continúan recibiendo agua no apta para consumo humano suministrada por una cooperativa local.
Buenos Aires, agosto de 2016.
Levantarse, lavarse los dientes, la cara y poner el agua a calentar para preparar el desayuno, son los primeros pasos que realiza una persona cada día. El derecho al acceso de agua potable y saneamiento fue reconocido en 2010 por las Naciones Unidas a través de la Resolución 64/292. Pero como en tantos otros lugares, los vecinos de los barrios Arca y El Tanque de la localidad de Villa Adelina, en el Partido de San Isidro, no disfrutan de un servicio adecuado.
Dentro del barrio del conurbano norte del Gran Buenos Aires unas 400 familias reciben agua de un tanque que es manejado por la Cooperativa “El Tanque” desde hace más de 60 años. Aunque el problema no radica en el servicio, sino en las propiedades del agua. El equipo,ubicado en la calle Fournier 2090 abastece 20 manzanas delimitadas por las calles Rastreador Fournier, El Indio, J. M. Moreno y L. M. Drago del barrio. El agua del mismo, es extraída de un pozo de 70 metros de profundidad y tras varios estudios, realizados por diferentes entes reguladores, se comprobó que no es apta para consumo humano.
De esta manera, no cumple con los requisitos establecidos por el Anexo A del Marco Regulatorio de la Ley Nº 26.221 del Ente Regulador de Agua y Saneamiento y contempladas en el marco de los derechos establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Aunque el problema y las denuncias comenzaron hace más de una década, actualmente más de dos mil personas, según la Municipalidad, continúan viviendo en un barrio que, a pesar de estar urbanizado y presentar un estándar de vida medio en el que los vecinos viven en chalets y casas bajas con jardín, no pueden acceder a uno de sus principales derechos.
La presencia de varios actores en esta situación genera una disputa de intereses por parte de cada involucrado. Las familias sanisidrenses que reciben el agua en sus casas, los miembros de la Cooperativa que brindan un servicio arancelado mensualmente, la Municipalidad de San Isidro, la Agencia de Planificación (APLA), el Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS) y, por último, Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA). En este sentido, algunos de ellos desean que continúe el servicio del tanque de la calle Fournier, y otros, luchan hace tiempo por una nueva red de agua.
Los primeros en notar anomalías en el agua fueron los propios vecinos. “Dejábamos un vaso con agua de un día para el otro y el sarro aparecía en las paredes del mismo, incluso, tenemos que cambiar los termotanques cada tres años aproximadamente porque se arruinan y no se pueden seguir usando”, aseguró Sofía, vecina del barrio.
De a poco, comenzaron a enviar muestras para que sean analizadas en diferentes centros privados y públicos. En 2008, se realizó un análisis en el Estudio Ecológico Industrial y dio como resultado que el agua no era apta para consumo humano. Los estudios continuaron.
Los resultados de diversas pruebas realizadas por el Ente Regulador de Agua y Saneamiento, desde 2009 a la fecha, establecieron la presencia de bacterias coliformes y valores fuera de los parámetros físico-químicos de nitrato, dicloreteno, tetracloruro de carbono, tricoeretileno y tetracloroetano. A raíz de esto la salud de 2600 personas corre peligro. En principio, el volumen de nitratos encontrado en el agua representa un riesgo para lactantes y mujeres embarazadas y en 2009 ERAS comunicó esta situación a la Cooperativa El Tanque.
En 2010 AySA estableció que los valores de cloro residual in situ, alcalinidad total, nitratos, cloroformo y bacterias coliformes totales presentes en el agua estaban fuera de los límites establecidos por el Marco Regulatorio.
Ese mismo año, el Área de Servicios Desvinculados de ERAS a cargo de Fernando Balbuena, envió una carta al Gerente Técnico del mismo ente, asegurando que el agua presentaba anomalías de carácter bacteriológico. Es decir, una anomalía más grave que la de valores de nitratos, debido a que podría provocar enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea, shigella, poliomelitis, meningitis y hepatitis de los tipos A y E, además de enfermedades diarreicas.
El tiempo pasó, pero lo que no cambió fue el problema. En 2011 el agua aún estaba contaminada. Por medio de un escrito la dirección de bromatología del ERAS envió a la Secretaría de Inspecciones, Registros Urbanos y Tránsito, la siguiente conclusión: “Dicha agua no es aconsejable para el consumo humano, al menos en las condiciones halladas (…) Es necesario clorinar el tanque de agua y de esta manera eliminar todo tipo de bacterias presentes y abstenerse de consumir dicha agua los lactantes y niños de hasta dos años, al igual que las embarazadas y personas hipertensas”.
Los estudios realizados por los diferentes organismos, incluyendo a la Municipalidad de San Isidro, determinaron lo mismo: el agua no era apta para el consumo humano. El pedido de los vecinos radicó, desde un principio, en que AySA se encargara de construir una red de agua potable que se encuentre dentro de los parámetros correspondientes y pueda abastecer a todo el barrio.
Un nuevo problema apareció en escena. Los miembros de la Cooperativa se negaban a la construcción de una nueva red y a la pérdida de aranceles que fueron desde los $40 a los $120 en 2016.
Luego de varios reclamos, el 20 de mayo de 2015, desde la Municipalidad de San Isidro se llevó a cabo, a través de AySA, la licitación para determinar la empresa que construiría la red de agua. En este marco, y según lo informado por la Agencia de Planificación: “La obra ‘Red Secundaria Bº El Arca y Tanque (NA70034)’ proveerá de agua potable a los barrios mencionados y se encuentra en ejecución por la empresa contratista INSUTE S.A., tiene un plazo de ejecución de doscientos diez (210) días, el monto del contrato original asciende a $8.490.480 y tiene inicio de obra el 07/09/2015 con la ejecución de tareas preliminares, no registrándose al 30/04/16 avance físico de la misma”.
A siete meses de que las obras deberían haber comenzadolos avances han sido casi nulos. La empresa INSUTE S.A no se hizo cargo de las construcciones y, al ser consultados, no brindaron ninguna respuesta al respecto, asegurando que no se encontraban en condiciones de darle información “a nadie más que AySA”.
Desde Aguas y Saneamientos Argentinos sostuvieron que la obra prevé conectar a ambos barrios a través de una red que tiene como plazo fin de 2016. Desde la Agencia de Planificación (APLA) informaron que el plazo es de siete meses, de manera que fue superado el período estipulado.
En este proyecto, según fuentes de AySA, APLA y ERAS, los trabajos a realizar comprenden el tendido de 4.000 metros de cañería divididas en 280 metros de PVC DN 160mm, 630 metros de PVC DN 110mm y 2975 metros de PVC DN 90mm. Se instalarán 9 cámaras para hidrante DN 75mm, una cámara para motobomba DN 150mm, 18 empalmes de cañerías existentes y 9 cruces bajo cursos de agua.
Los barrios Arca y Tanque cuentan con una particularidad. El servicio que reciben de la Cooperativa llega directo a los hogares pero, al momento de realizar las obras, AySA deberá instalar conexiones domiciliarias que, según lo informado por el ente público, serán 210 conexiones cortas, 154 conexiones largas y 364 conexiones generales.
Hasta el momento las obras fueron anunciadas por la Municipalidad de San Isidro, pero, los vecinos continúan recibiendo el agua no apta para consumo humano que es suministrada por el tanque de la calle Fournier. Mientras las obras de AySA se mantengan en construcción las 20 manzanas seguirán consumiendo agua contaminada y el plazo de finalización se ve afectado por el factor climático. Las obras se realizan al aire libre y el tiempo es clave al momento de avanzar la construcción. Los Barrios El Tanque y El Arca, de la localidad de Villa Adelina, continúan presos de políticas de Estado y tiempos institucionales.