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Basural de González Catán: incumplimiento, contaminación, enfermedad y reclamo social

Por Mayra Vargas y Agustín Bertrán

 

Sitio web de la investigación

Buenos Aires, 1 de junio de 2015.

 

“Todo era descampado, la gente de Capital venía a comprar quintas porque era un lugar virgen, sano y limpio. Para nosotros era un paraíso, íbamos al río, nos metíamos a bañar, caminábamos por todo el campo que había y de pronto nos pusieron el relleno”, comentó Ana Carbajal de 57 años, madre de Nahuel, un chico de trece años, que murió de leucemia a tan sólo cinco meses de su detección, a causa del consumo de agua contaminada con cromo hexavalente, arsénico y plomo.

 

El relleno sanitario “González Catán”, ubicado en el partido bonaerense de La Matanza, está a cargo de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), organismo dependiente del Gobierno de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires, que regula además el funcionamiento de los rellenos de Ensenada y Norte III.

El basural comenzó a recibir Residuos Sólidos Urbanos (RSU) desde 1979, pero fue hasta el año 2003 cuando la crisis se salió de control, pues el complejo recibía basura de siete municipios, entre ellos los residuos provenientes de Capital Federal, lo cual provocó un incremento mensual de más del doble de residuos.

 

En ese año personas de los barrios San Enrique, Nicole y Las Marías, aledaños al relleno sanitario, comenzaron a presentar patologías poco comunes y de manera frecuente, entre ellas cáncer en sus diferentes tipos, como leucemia, de mama, de piel, además de lupus, púrpura y diversas enfermedades respiratorias; patologías que poco a poco se propagaron cuadra a cuadra y, como consecuencia provocaron la muerte de algunas personas.

 

Graciela Degano, vecina que ha sido testigo de la situación de los pobladores, comentó que lo que sería la “sucursal del paraíso, se convirtió en la antesala del infierno”, en alusión al proyecto de la CEAMSE.

El basural o “El asesino silencioso”, calificado así por algunos habitantes, fue motivo para que a partir del 2004 un grupo de vecinos se reuniera para pedir respuestas a la Municipalidad de La Matanza ante la problemática ambiental.

 

La ONG “Vecinos Autoconvocados” contra la CEAMSE de González Catán, encabezada por Celestina Frutos, inició una lucha para exigir soluciones concretas al intendente de turno, Alberto Balestrini, y al actual mandatario Fernando Espinoza.

 

Ante el incremento de personas enfermas y de reiteradas muertes, fue en junio de 2006 cuando Frutos realizó una denuncia penal en contra del complejo sanitario, caso presentado ante el Juez Federal Subrogante de Morón, Juan Pablo Salas. La demanda argumentó:“Enfermedades existentes, contaminación del agua de la que se abastecen los pobladores con cromo hexavalente y con ello la exigencia de agua segura, además de una investigación de las funciones del relleno de la CEAMSE”, entre otros aspectos.

 

“Hasta ese momento sospechábamos que la contaminación podría venir de la CEAMSE, las canteras, el crematorio o de alguno de los tres cementerios que nos rodean. Hasta que logramos que el Ministerio de Salud provincial hiciera análisis del agua en las cuatro escuelas linderas y en las casas de algunos vecinos para demostrar cuál era realmente la causa”, comentó la presidenta de la ONG, Celestina Frutos, al recordar el inicio de la movilización vecinal.

 

A partir de la presentación de la denuncia, el Médico legista de la Suprema Corte, Enzo Canonaco, argumentó en una declaración testimonial en 2007 que de acuerdo a un informe elaborado por la Gendarmería Nacional y el Laboratorio de Toxicología de la Morgue Judicial, se dictamina la presencia de cromo hexavalente, como factor desencadenante de patologías como cáncer de senos, paranasales, cáncer de vías respiratorias superiores, cáncer pulmonar, manifestaciones cutáneas como dermatitis y alergias bronquiales. Todo ello tiene que ver con un factor ambiental de la zona de residencia de los pacientes.

 

Aún después de la denuncia y de acciones parciales por parte de las autoridades municipales los “Vecinos Autoconvocados” continuaron sus protestas, entre ellas, la realización de un bloqueo del relleno sanitario por cinco días en noviembre de 2006. En aquella ocasión veintitrés vecinos fueron reprimidos por la infantería y llevados presos. Dos fueron procesados, pero ante la presión de la población, los detenidos fueron liberados.

En 2007 se dictó una orden de cierre del relleno de González Catán y el de Ensenada, emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En ella se le pidió a la CEAMSE la selección de nuevos predios que se ubiquen en sitios alejados de áreas urbanas, para dar cumplimiento con el cierre definitivo de ambos complejos. También se le pidió entregar la documentación con información de los nuevos espacios el 15 de febrero de 2007 o el plazo vencería automáticamente el 9 de abril de ese mismo año.

 

Sin embargo, el relleno sanitario de González Catán sigue en funciones, mientras que el de Ensenada funciona de manera parcial con un cierre anunciado para el año 2016. Según una estadística del segundo semestre del 2014, en noviembre el relleno de González Catán recibió 3.781,5 toneladas de basura, mientras que en diciembre la cifra aumentó a 48.591,8 toneladas de RSU, lo que representa un aumento de más de 5.000 toneladas de basura de un mes a otro.

 

Ante la situación del complejo ambiental, donde se evidencia un incremento de los residuos y una problemática demandada por los pobladores, el gerente de operaciones de la CEAMSE, Leonardo Maceiras, afirmó: “Actualmente en el complejo de González Catán se tienen de 148 a 150 hectáreas efectivas de relleno sanitario, lo cual equivale a 16 millones y medio de toneladas aproximadamente. Tiene mucha capacidad remanente para seguir operando, puede funcionar de cinco a diez años más y lo único que no existe en el relleno de González Catán es la planta de separación de residuos”.

 

Maceiras también insistió en que no existe problemática por la ubicación del relleno sanitario, al comentar, “no perjudica en nada, aunque está ubicado en una zona cercana a ríos y arroyos también existen basurales clandestinos, de esos el municipio debe tener el control nosotros no, así que la contaminación no proviene del relleno que monitorea la CEAMSE”. Con la presentación de la denuncia, la ONG “Vecinos Autoconvocados” logró interrumpir la entrada de desechos de los siete municipios.

 

De esta manera a partir de 2008 y hasta la actualidad, el relleno recibe únicamente residuos provenientes del Partido de La Matanza. A partir de ese año surgió el proyecto Ley Basura Cero (N° 1854), que establece plazos de reducción progresiva en los rellenos sanitarios a nivel ciudad con el objetivo de disminuir un 30% en 2010, un 50% para 2012 y un 75% previsto para el año 2017, en referencia a las toneladas de basura.

 

La provincia de Buenos Aires también reglamentó una ley referida a la reducción de los RSU. Se trata de la normativa N° 13.592 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, en cuyo artículo sexto establece que desde su última reglamentación, efectuada en 2010, en 2015 debería existir una reducción progresiva de residuos de un 30%.

 

Sin embargo, de acuerdo a estadísticas publicadas en la página oficial de la CEAMSE, el relleno sanitario de González Catán en el año 2009 recibió un total de 413.233.6 toneladas de desechos, cantidad que aumentó en 2010, elevándose a 447.471.2. Para el año 2011 experimentó un incremento aún mayor, que alcanzó la cifra de 471.655.8 toneladas. En 2012 la cantidad se elevó hasta 517.832.9 mientras en 2013 se llegó a una totalidad de 576.710.9. Al cierre del año 2014 la cantidad de residuos presentó un incremento mayor al de los años anteriores, que ascendió a 590.585.2 toneladas, incumpliendo con la ley.

 

Con la presentación de la historia clínica de 1.200 vecinos, sólo dos personas no presentaron patología, pero todas tenían un elemento en común: cromo en orina. En agosto de 2010 el Cuerpo Médico Forense del laboratorio de Toxicología y Química Legal de la Nación realizó una prueba pericial a partir de las muestras de agua extraídas de algunos domicilios seleccionados al azar y de las escuelas primarias 125, 127 y 210, además de los acuíferos Puelche y Pampeano, de donde se abastecen los habitantes.

 

Dichas muestras determinaron la presencia de cromo hexavalente, plomo y arsénico, por ende se concluyó que el agua no es apta para el consumo humano si no existe un tratamiento previo. “Todos tomábamos agua de pozo, pero como hacía muchos años que vivíamos acá y la bebíamos, nunca creímos que el agua iba a estar contaminada”, recordó la vecina Ana, madre de Nahuel. Además, afirmó que “Las enfermedades se dejaron venir. A mi hijo una semana le dolía la garganta, a la segunda semana se me iba mi nene en sangre; coágulos y coágulos. Mi vecino Roberto inició con una hemorragia de nariz y quedó internado de pronto. Axel, vecino de al lado, también en poco tiempo se fue. Igual Ileana, de 15 años: en 45 días murió”.

 

A los habitantes de la zona se les aplicó un cuestionario pericial, realizado por el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de la Nación en 2010, que arrojó datos de nombres de personas, patologías presentadas, fecha de diagnóstico y evolución, que permitieron detectar situaciones de cáncer en sus diferentes tipos, además de lupus, púrpura y enfermedades respiratorias.

 

Además de los estudios, el censo y el documento, demostraron que el patrón desencadenante se encuentra en el ambiente en el que viven las personas examinadas. También se dictaminó la existencia de un alérgeno exógeno al organismo, que al penetrar en el mismo, provoca la patología cancerígena y que se encuentra en el hábitat donde las personas radican, además de la presencia de parásitos y una mención de los científicos que destacan la polución ambiental del lugar como desencadenante.

 

A doce años del inicio de las múltiples protestas convocadas por la ONG “Vecinos Autoconvocados”, Frutos comentó que,“lamentablemente, el poder de convocatoria sobre el caso del relleno sanitario ya no tiene la misma fuerza que tuvo entre los años 2003 y 2004, pues desde ese tiempo hasta ahora han fallecido varios de los vecinos quienes apoyaban el caso” , precisamente a causa de la contaminación ambiental instalada en la zona, ya que los gobiernos actuales no han respondido de manera concretas a los habitantes de González Catán, quienes han esperado soluciones desde hace más de una década.

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