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INVESTIGACIÓN

Napas freáticas en Quilmes

Por Camila Meluzio y Ailén López Michelena

Buenos Aires, agosto de 2016.

Las marcas en las paredes de la casa de Filomena hablan por sí solas: pintura saltada, revoques que se caen, manchas que arrancan en el piso y ascienden dejando la huella imborrable de la humedad.

El caso de Filomena es uno entre tantos en Quilmes Oeste, donde los vecinos ya están cansados de lidiar con las inundaciones en cualquier época del año, llueva o haya sol, desde hace varios años.

A diferencia de otros lugares, aquí no se inundan porque las constantes lluvias desbordan un río o porque los desagües no dan a basto ante grandes cantidades de agua, sino que el problema es más profundo, es el ascenso de la napa freática del Acuífero Puelche.

El Acuífero Puelche es una de las reservas de agua dulce más grandes de la Argentina y por esta razón, durante la mayor parte del siglo XX se lo utilizó para abastecer de agua a la provincia de Buenos Aires.

 

En un informe sobre el acuífero, el Licenciado Gabriel Meconi sostiene que “durante décadas la superficie piezométrica del Puelche y la freática se halló a mucha profundidad debido a los grandes conos de depresión regionales formados por la sobreexplotación de los pozos de provisión de agua potable”.

A mediados de los ‘90 estos pozos dejaron de utilizarse como fuente de agua potable por temor a que el acuífero se agotara y por la sospecha de que el agua estaba contaminada.

 

Según un informe de vulnerabilidad a la contaminación por los nitratos del acuífero Puelche en La Plata, realizado en 2004 por el Profesor de la  Universidad de Buenos Aires Dr. Miguel Auge y coordinado  por los Doctores Ricardo Hirata (Universidad de São Paulo) y  Fernando López Vera (Universidad Autónoma de Madrid), el agua del acuífero supera los valores de nitratos permitidos por la Ley Provincial 11.820. Por lo tanto, se decidió reemplazar esta agua con la del Río de la Plata.

 

Pero el fin de su utilización para proveer agua, lejos de ser una solución, generó nuevos problemas: Meconi afirma que el ascenso del agua de la napa freática en el Área Metropolitana de Buenos Aires se produjo “debido al cese o a la disminución de su explotación, a raíz de que gran parte del agua subterránea para consumo fue reemplazada por agua del Río de la Plata, sin prever los impactos ambientales”.

 

Esta sustitución, sumada a “la salida de servicio de numerosos pozos de provisión a la industria, por la retracción económica, hizo que a partir de 1990 se produjera un ascenso continuado de la superficie freática, especialmente en los sitios sin cobertura de red cloacal”.

Para finalizar, el estudio afirma que en la actualidad el problema es “muy grave” y “afecta a más de 2 millones de habitantes, con agua freática contaminada aflorando en amplios sectores del Conurbano de Buenos Aires”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como consecuencia, el agua subterránea se acumula y asciende desde el Acuífero Puelche a la napa freática, saturándola. Además, para Meconi, dicha situación también es producto de “la carencia de gestión estatal y privada adecuada del recurso hídrico”.

 

Esa agua acumulada es la que inunda casas como la de Filomena y deteriora la calidad de vida de la población. Cansados de esta situación, los vecinos se vieron obligados a reclamar la realización de obras al Municipio de Quilmes, pero, desde hace años, no obtienen respuestas.

En 2001 la Asociación para la Protección del Medio Ambiente y Educación Ecológica “18 de octubre” junto con vecinos de la localidad de Quilmes decidieron llevar el problema a la justicia e iniciaron una causa contra Aguas Argentinas S.A, el Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios (ETOSS), la Provincia de Buenos Aires y la Municipalidad de Quilmes por los perjuicios constantes que provoca el crecimiento de las napas, no solo en los habitantes y en sus propiedades, sino también en el medio ambiente. La demanda se inició con el objetivo de reparar los daños y revertir la situación de las napas para evitar futuros problemas.

 

Finalmente, en septiembre de 2014  el Juzgado Federal de La Plata falló a favor de los demandantes y dispuso  “la adopción de medidas urgentes destinadas a la construcción de cloacas en todos los sitios del Gran Buenos Aires donde no las haya y a la construcción de plantas de tratamiento de efluentes industriales y de una adecuada interconexión entre las empresas que producen desechos industriales y las mencionadas plantas de tratamiento”.

 

En dicho fallo, se le otorga a los responsables un plazo de 6 meses (desde el momento en que la sentencia queda firme) para comenzar con el planeamiento de las obras para la adecuada circulación y tratamiento de efluentes industriales para evitar la contaminación del acuífero.

 

Además se establece un plazo de hasta un año para que la Provincia de Buenos Aires elabore un “plan de disminución de los niveles piezométricos del acuífero freático en el Conurbano bonaerense en base al criterio expuesto por el Licenciado Meconi consistente en la apertura o rehabilitación de perforaciones de toma de agua del Puelche”.

 

El fallo judicial de septiembre de 2014 fue apelado y, en junio de 2015, los jueces César Álvarez y Leopoldo Schiffrin de la Sala II de la Cámara Federal de La Plata lo ratificaron.

Hoy, dos años después de la sentencia, ninguno de los implicados ha realizado acciones concretas. Mientras tanto, los vecinos continúan lidiando con las crecidas de las napas, que el agua brote entre las baldosas y las constantes inundaciones.

 

Ante la consulta sobre los fallos judiciales y las inundaciones que sufren los vecinos, desde la Planta Potabilizadora General Belgrano, que AySA tiene en Bernal (Quilmes), se limitaron a asegurar que la empresa prestadora del servicio de agua corriente y desagües cloacales no tiene la responsabilidad de realizar tareas de mantenimiento en las napas, sino que esta labor le corresponde a la Subsecretaría de Obras Públicas del Municipio de Quilmes.

 

Desde dicha subsecretaría desmintieron a AySA diciendo que “las napas y todas las bombas son de la provincia (Buenos Aires)” y que la municipalidad de Quilmes no es la responsable de su manutención. Los organismos públicos no se hacen cargo de las napas freáticas y las respuestas a los reclamos de los vecinos aun no aparecen.

 

Tal es el desentendimiento por parte de los organismos mencionados que en el Plan de obras de AySA para el plazo 2014-2018 (donde se incluyen obras de expansión y mejoras de los servicios de agua potable y desagües cloacales en la zona de concesión para prestar su servicio) la zona de Quilmes Oeste que sufre inundaciones por el ascenso de las napas, no tiene obras proyectadas.

 

Ante la falta de respuestas y, sobre todo, de acción por parte de quienes la justicia condenó como culpables, los vecinos se vieron obligados a tomar medidas por su cuenta para evitar que sus viviendas se sigan deteriorando.

 

Filomena tuvo que instalar una bomba extractora para expulsar hacia la calle el exceso de agua subterránea y así evitar que el agua brote de sus baldosas y de las de las casas contiguas. Aunque en un primer momento la instalación de la bomba extractora parecía ser la solución al problema, no lo fue, y luego de un tiempo dejó de dar a basto y el agua nuevamente comenzó a ascender. En consecuencia, Filomena se vio obligada a subir 30 centímetros los pisos de su casa y  a arreglar todas las paredes para hacerle frente a la humedad.

 

Dos sentencias judiciales, múltiples estudios sobre la situación del acuífero puelche y la calidad de su agua, viviendas que sufren cada vez más el impacto de las inundaciones, y reiterados reclamos parecen no ser suficientes para que los vecinos de Quilmes Oeste sean escuchados por las autoridades correspondientes.

 

De esta manera, los meses pasan y la humedad está volviendo a decir presente en las paredes tanto de Filomena como de sus vecinos. Mientras ellos intentan hacerle frente al problema como pueden, las autoridades de AySA y la Provincia de Buenos Aires (los organismos responsables de acuerdo al fallo judicial) les dan la espalda aun sabiendo que si no se soluciona la cuestión de fondo, toda medida llevada a cabo por los vecinos de Quilmes Oeste será momentánea.

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