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​INVESTIGACIÓN

Tigre. Basural en La Paloma: Un reclamo histórico, una deuda actual

Por Sofía Baragiola y Lucas Mercado

“Nos preguntaron si preferíamos un basural o una villa”. Así relata una vecina del barrio tigrense de La Paloma una de las respuestas recibidas por las autoridades locales cuando solicitaba poner fin a la problemática que afecta a su barrio, pero por sobre todo, a su calidad de vida.

 

Buenos Aires,  13 de marzo de 2017.

“La costanera donde familias suelen pasar sus domingos de tarde, la riqueza en fauna y flora del Delta y los catamaranes y lanchas pasajeras que salen todos los días llevando locales y turistas contrastan con una de las realidades más crudas que deben enfrentar vecinos de los barrios La Paloma, Parque San Lorenzo y Ricardo Rojas en el Partido de Tigre. A pesar de que el blog El Tigre Verde ha denunciado en varias oportunidades la existencia de un basural clandestino en el barrio La Paloma, el municipio no ha tomado, hasta la fecha, ninguna medida para darle una solución al problema.

 

El basural ocupa un predio ubicado sobre la calle 29 de Noviembre, entre Liquidámbar y La Cautiva. Sin embargo, actualmente el terreno ubicado entre las calles Liquidámbar y Posadas se encuentra en funcionamiento ya que el resto del predio ha sido rellenado con tierra sucia. Este relleno se eleva dos metros por sobre el nivel de la calle y sobre él ha crecido un enorme pastizal. El intento de parquerización del municipio colocando bancos sobre la vereda lindante no funcionó.

 

Los vecinos, algunos con 40 años de presencia en el barrio, relatan que el espacio que antes era una  arboleda verde comenzó a ser desmontado hace alrededor de 15 años. El dato fue confirmado por el responsable a cargo del basural –quien prefirió preservar su identidad- que si bien hace 8 años trabaja allí, como vecino confirma que la presencia del predio para tales fines data de hace 15.

 

A pesar de la notoria irregularidad en la cual se encuentra el predio, con montañas de basura de todo tipo acumuladas a cielo abierto, la discreción no ha sido una característica, debido a que se trabaja con un nivel operacional bastante explícito. En el predio, como relata el responsable, no se gestionan solamente ramas, hojas, escombro y pasto, sino también residuos que debería tratar la empresa a cargo de la recolección domiciliaria Transportes Olivos S.A.C.I.F. Allí el municipio deposita todo tipo de basura como chatarra, madera, colchones, cables y bolsas de residuos. Con un horario de funcionamiento de lunes de a viernes de 7hs a 16hs y los sábados solo hasta el mediodía, el sitio cuenta con un personal de 40 empleados municipales. Operando con una frecuencia de entrada y salida de vehículos de entre diez y quince minutos, se dispone de cuatro camiones para la recolección y cuatro bateas para el traslado de la basura.

 

Este último punto es importante en tanto desde el basural clandestino aseguran que la basura “no queda allí depositada” sino que, según señala el responsable del lugar, es trasladada a un predio “por la ruta 27”. Una mayor indagación y la confirmación de un referente vecinal de Villa La Ñata (Partido de Tigre) tras una reunión con referentes ambientales en el Concejo Deliberante del partido, dan cuenta de que esta descripción coincide con la existencia de otro basural clandestino, clausurado el año pasado por el OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible).

 

Según señala el sitio web local Punta Querandí, el informe manifiesta que “no se acreditan estudios de impacto ambiental ni autorización para desarrollar tareas correspondientes a su rubro” y que “encontraron un depósito descubierto de basura orgánica, escombros, plásticos, ramas, maderas y otros materiales en desuso”. Además, dicho documento determina que, en términos legales, el predio clausurado pertenece a José Coelho. En esta línea, el representante del basural investigado señaló que el predio en cuestión no pertenece al municipio, sino que el mismo es “prestado” por la empresa Barugel Azulay y Cia Saic, ubicada en la calle Marcos Sastre 1751, del otro lado del basural.

 

Finalmente, para corroborar la clandestinidad del sitio, PDI solicitó el pasado 2 de Mayo información pública al municipio acerca de la ubicación de rellenos sanitarios que cumplan con las normas ambientales vigentes. En la respuesta -del 28 de Junio pasado- no figuran ni el predio de La Paloma, así como tampoco el que se encuentra “por la ruta 27” y que parecería funcionar como sitio de disposición final. A pesar de la confirmación de los vecinos de haber hecho numerosos reclamos a las autoridades competentes, el municipio no solo parece desconocer la realidad de la comunidad de La Paloma, sino también las operaciones de sus dependencias como las de la delegación de El Talar. Esto último en tanto el responsable del basural señala que responden a dicha dependencia municipal.


Mediante el siguiente documento, el Municipio de Tigre determina que no existen sitios habilitados que funcionen como rellenos sanitarios. Dos puntos se desprenden entonces: falta de control y clandestinidad.

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Esto también implica que el Municipio de Tigre no cumple, al menos, con algunas disposiciones legales tales como: la Ley General de Ambiente -ley nacional 25.675-, la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos –ley provincial 13.592-, y el Decreto-Ley provincial 9.111/78.

 

La ley nacional establece una serie de principios para una gestión ambiental integral y responsable; da a conocer el derecho ciudadano a la participación en los procesos de desarrollo sustentable; el derecho al acceso a información ambiental; y la reglamentación de la obligación de dar respuestas rápidas a los problemas ambientales por parte de las autoridades. La ley provincial 13.592 no solo define qué se entiende por residuos sólidos urbanos sino esencialmente cómo debe ser la gestión responsable de los mismos. Y por último el Decreto-Ley provincial 9.111/78 que da cuenta de la regulación de la disposición final de la basura en los partidos del Área Metropolitana -donde el Municipio de Tigre queda comprendido-, siendo la disposición final de los residuos bajo el sistema de relleno sanitario por intermediación del CEAMSE. 

 

La inacción municipal ha sido clara a lo largo de los años, no solo por la falta de voluntad política para dar solución definitiva al problema del basural en La Paloma, sino porque ellos mismos fueron los promotores de esta situación en aquel entonces y hasta el día de hoy. Resignados, los vecinos ya entienden que no cuentan con más mecanismos de participación y reclamo para alcanzar la solución definitiva a una problemática comunitaria histórica.

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